Los jóvenes fuimos continuamente un grupo con mucha motivación. Al ver las actividades realizadas por los demás grupos, nuestras ganas por sumarnos activamente a los esfuerzos de la comunidad se incrementaron. Empezamos a buscar alternativas, y así, solos y como un proyecto dentro del colegio, juntamos esfuerzos y se hizo realidad la iniciativa de “Productos lácteos Yunguilla”. Igual como el grupo de mujeres después nos incorporamos como socios en la corporación Yunguilla.

 Antes de entregar la leche a la fábrica de lácteos, las familias realizaban quesos en sus casas y cada familia veía donde vender o entregar afuera de la comunidad. Trabajando juntos es menos trabajo para cada familia y hemos diversificado y aprendido hacer yogurt y manjar.

Nuestros quesos se hacen con leche entera, un poco de sal y cuajo, no añadimos nada más para asegurar que el producto sea lo más natural posible. Cada queso contiene aproximadamente 3.5 litros de leche que viene de nuestras vacas que manejamos de manera sostenible aquí en la comunidad.  No hay desperdicios en el proceso ahora que el suero se devuelve a las familias productores para alimentación de animales o para elaborar otros productos.  El ganado de las familias están libres y nos esforzamos para mantenerlos saludables sin el uso de antibióticos, hormonas etc.  Por todas esas razones, orgullosamente elaboramos productos lácteos de Yunguilla y dinamizamos la economía local.

Lo que hace especial a nuestras mermeladas es que son producidas por el grupo de mujeres de nuestra comunidad. Esto es algo mucho más importante de lo que por lo general la gente se puede imaginar… ¿Te contamos? Años antes de iniciar actividades alternativas de generación de ingresos, y de manejo de recursos naturales, las mujeres acompañábamos a nuestros esposos en sus actividades de explotación del bosque. Generalmente teníamos que cargar a nuestros hijos en brazos y en nuestros vientres por varias horas dentro del bosque. Era algo que requería mucho esfuerzo físico. Además, cada una de las mujeres, solas, en sus casas, realizábamos un trabajo que casi ningún hombre valoraba. Por este motivo decidimos unirnos, con la esperanza de poder generar ingresos propios, adquirir más independencia y que los hombres valoren nuestro trabajo.

Miramos a nuestros esposos que empezaban a organizarse con el apoyo de la Fundación Maquipucuna, y dijimos, por qué no nosotras?

En junio de 1997 nació nuestro grupo: Mamapallo. Buscamos un sitio adecuado para un huerto, e iniciamos actividades. A la vez, una voluntaria que se encontraba en nuestra comunidad, nos empezó a motivar con la idea de hacer mermeladas, y fue ella quién nos enseñó una receta casera a la que nos hemos mantenido fieles hasta la actualidad.

A partir de que empezamos a salir más de nuestras casas, los hombres empezaron a valorar más nuestro trabajo en el hogar y a nosotras mismas, y comenzaron a ayudarnos más. Después, las dos iniciativas tanto de los hombres y de las mujeres se unió y todos ahora somos socios de la corporación Microempresarial Yunguilla.

Los cultivos orgánicos son parte de la filosofía de nuestra comunidad. Nosotros estamos conscientes de la importancia, principalmente para nuestra salud, de producir y consumir estos productos.

Trabajamos en un huerto comunitario en la finca Tahuallullo y la mayoría de las familias también tenemos huertos donde practicamos agro ecología. Nos hemos capacitado para manejar adecuadamente nuestras parcelas sin el uso de agroquímicos. Producimos un sinnúmero de hortalizas y productos de ciclos más largos como ocas, mellocos, granos. Se trabaja continuamente para incentivar a todos a producir no solo vegetales pero también a criar animales menores.

Revertir el facilismo y consumismo de la actualidad no es fácil pero luchamos para promover el cultivo, rescatar los saberes ancestrales de la agricultura y comer lo nuestro; sano y rico.

Entendimos que en la vida somos lo que comemos, es así que durante todo el proceso de la organización comunitaria se trabajó en fuertes proceso de capacitación para la implementación y manejo de los  huertos familiares donde producimos nuestros propios alimentos, principalmente verduras, hortalizas, tubérculos, granos y en algunos caso futas, lo que son la base de nuestra alimentación, pero hemos pensado también  en generar excedentes para ofertarlos en le restaurant comunitario y en la tienda comunitaria, la consigna es 100% orgánico.

Una vez que logramos posicionar una sola tienda comunitaria en la comunidad, trabajamos para desarrollar pequeños emprendimientos en las familias, con el fin de abastecer la tienda comunitaria y generar algún ingreso para la gente.

Los Snacks que ofertamos en la tienda comunitaria son elaborados en la misma comunidad, de manera comunitaria y a nivel de emprendimientos familiares, el fin es contar con productos sanos para el consumo interno y de quienes nos visitan. Por el momento estamos ofreciendo Snacks de: zanahoria blanca, camotes de dulce, chifles de sal y de dulce, papas, tostado de sal y de dulce, granola, maní, tortillas de maíz, habas fritas y tostadas, entre otros.